AFondo es una empresa familiar fundada en 1988 por Eduardo Calvete y Gloria Orrego con la misión de descubrir el mundo y compartirlo con todos sus matices, desde una perspectiva integral, viviendo cada destino desde su historia, cultura, arquitectura, gastronomía, religión, naturaleza y hábitos.
La historia de AFondo, como todo viaje, comienza con un encuentro. Eduardo Calvete, español, un alma curiosa que trabajaba como economista y funcionario público, decidió guiar un viaje por Europa siguiendo su pasión y hambre por recorrer el mundo. En él, coincidió por primera vez con Gloria Orrego, quien se había graduado de derecho en Colombia y compartía su naturaleza inquieta. La excursión de cuarenta días cambió de nombre en cuestión de conversaciones: fue en realidad un amor de verano entre guía y viajera, un primer beso en la Fontana di Trevi, un “sigamos enviándonos cartas, pero hasta ahí”.
Después de Europa, Gloria y Eduardo se vieron cinco veces. Recorrieron Colombia juntos. Él le propuso matrimonio porque sabía lo que quería y su deseo buscaba un sí. Ella aceptó porque, como siempre les ha dicho a sus hijos, es mejor arrepentirse de lo que se hace, qué de aquello que no. Se casaron en Medellín y se fueron a vivir a España. Allí nació su primera hija, Varinia Calvete. Ocho meses después, Gloria decidió que quería una vida más familiar, y como para Eduardo, descendiente de marinos y diplomáticos, moverse nunca fue sinónimo de conflicto, esta vez fue quien dijo sí.
Al poco tiempo de haber trabajado en una agencia de viajes, tuvo la idea de montar su propio negocio junto a Gloria: AFondo.
Con su primera oficina en un garaje de Envigado, nació la agencia con el logo de una gaviota, porque el sueño siempre fue y ha sido volar, ir de aquí a allá con las ilusiones como alas, como combustible. El propósito desde el inicio era enseñarles a los colombianos cómo se conoce el mundo con las seis letras de su nombre. Y, como la familia desde entonces es la prioridad, con tres hijos a bordo: Varinia Calvete, David Calvete y Juan Manuel Calvete, hicieron crecer su empresa, su fábrica de sueños cumplidos.
La familia Calvete ha crecido hasta crear un hogar más grande: de hijos empleados y viajeros. No están solos: en 120 países existe alguien que vive el turismo atravesado por los valores de la agencia. Mientras tanto, en el penthouse del edificio Danzas, en Medellín, trabaja un equipo que se levanta todos los días a hacer las cosas con un propósito superior:
